6 de abril de 2011

De vuelta a la rutina...

Ya ha pasado un mes desde que volví a la rutina de los privilegiados con empleo.

Y no ha sido nada fácil. Si encontrar trabajo en la actualidad es complicado, volver a trabajar después de 9 meses en paro es cuando menos duro.

Han sido nueve meses sin empleo. De los cuales, los cuatro primeros me los tomé "de vacaciones". Cuatro meses de "vacaciones", como cuando estaba en la universidad, pero con más pasta que entonces! Aclarar que eso de tomármelos de vacaciones no quiere decir que no buscara trabajo, que lo hacía, pero no era una auténtica búsqueda activa de empleo.

Esos cuatro primeros meses visitaba a diario los portales de empleo y tenía activadas las alertas en empresas de reclutamiento de personal y portales de búsqueda de empleo. Pero claro, en verano lo que suele encontrarse son ofertas de empleo para sustituciones y cubrir bajas, por lo que las posibilidades reales de encontrar empleo estable son escasas. 

Así que me dediqué a disfrutar. Viajé un montón, visité a la familia todo lo posible y más. Hicimos una fantástica mudanza y todo lo que esto conlleva (quien no lo haya experimentado nunca, mejor que no lo haga). Invertí mucho tiempo en mi proyecto personal (www.madeinpanchi.es) y en resumen, hice todo aquello que cuando estás en activo no puedes hacer por falta de tiempo.

Pasados esos cuatro meses, cuando el periodo estival terminó y todo el mundo volvía a sus quehaceres cotidianos, comencé mi nueva rutina. Había que levantarse a una hora decente, si no lo haces así entras en un dinámica en el que al final terminas por cambiar los horarios, viviendo de noche y durmiendo de día. Así que a las 9 de la mañana estaba en pié, salvo contadas excepciones (un par de cenas/copas entre semana y algún resfriado). Ducha. Desayuno. Búsqueda activa de empleo. Tareas del hogar - Gestiones varias. Comida. También hice algún curso, acudía a mis citas con mi orientadora del programa Andalucía Orienta, visitas a la Oficina de Empleo, etc. Y luego por la tarde a disfrutar de mi pareja de lecho, del tiempo que teníamos para disfrutar juntos y hacer todo eso que antes no podíamos porque no disponíamos del tiempo necesario. 

Y así día tras día... Había conseguido crear una rutina que me mantuviera cuando menos activa, lo cual es muy importante cuando estás desempleado, sobre todo para mantener un buen estado de ánimo, imprescindible en las malas épocas. Y después de muchos esfuerzos y labor de investigación llegó el esperado fruto: un empleo!

Ha sido un mes complicado. Las dos primeras semanas con un estado de ansiedad (doy por hecho que era ansiedad porque nunca había sentido algo así) que no se lo deseo a nadie. El pecho "encogío". El estómago cerrado que me impedía comer por mucho que yo quisiera. Despertarme varias veces por la noche. Estado de agotamiento desde el mismo lunes por la mañana hasta el domingo a última hora. Hasta perdí tres kilos!!!

Y es que eran muchas cosas juntas de golpe! Había dejado de fumar un mes antes, trabajo nuevo, nuevos compañeros, nuevos retos, nuevo horario, salir corriendo del trabajo para llegar al fisio (aún andaba con la espalda a vueltas)...

Pero parece que ya está superado!!! Un complejo vitamínico, muchas ganas, apoyo por parte de familia, amigos y pareja de lecho... Ha costado, pero creo que puedo decir que he cogido el ritmo y ya no hay quien me pare!!! 

Ahora hasta voy y vuelvo del trabajo andando (en total 8 km al día), por lo menos en estos días que aún se puede antes de que llegue el calor abrasador...

Lo dicho, la vuelta a la rutina es dura pero... quién dijo que fuera fácil?!?!

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