27 de abril de 2011

El mal de las barrigas gordas

Llega una etapa en la vida de una persona, en la mía en este caso, en la que parece que mucha gente (las chicas en realidad) a tu alrededor sufre una extraña epidemia en la que se te pone la barriga gorda gorda como si te hubieras comido una sandía entera.

Sí, hablo de esa época en la que a todo el mundo le da por embarazarse. Supongo que habremos llegado a la edad. Primero empezó la epidemia de bodas. Luego comenzó la de embarazos. Ahora mismo vivimos en medio de la vorágine que consiste en ambas unidas: cuando no tienes una boda tienes dos o Fulanita te dice que se ha quedado embarazada y en cuanto te das cuenta Menganita ha tenido ya su criaturita.

Disfrutábamos de unos días de descanso esta Semana Santa unos cuantos amigos (dos embarazadas y una criatura de año y medio incluidas) cuando una de las embarazadas nos contaba que no va a ir a las famosas clases de preparación para el parto. La madre de la criaturica de año y medio comentaba que a ella le resultó bastante útil, que aprendió muchas cosas prácticas del día a día que nadie te explica y que resultaba bastante grato encontrarte con más gente en la misma situación que tú. 

Yo me lo imagino en plan terapia de grupo, rodeada de gente que tiene los tobillos igual de hinchados que tú, con las hormonas igual de alteradas que las tuyas, mismas restricciones en cuanto a alimentación y hábitos... Vamos, que además de aprender debe ser grato poder encontrarte con gente en las mismas condiciones que tú.

La cuestión es que esta amiga embarazada que no va a ir a las clases de pre parto nos explicaba su razón y parecía bastante lógica: las clases preparto de la Seguridad Social son a las 11:30 de la mañana. Nos contaba que tal y como está la cosa, no puede decirle a sus jefes que va a acudir a dichas clases y que se apañen. Ella, afortunada de la vida, cuenta con seguro médico privado al que consultó por el horario de sus clases y resultaron ser a las 9 de la noche. Cosa que tampoco le convencía del todo, porque después de todo el día trabajando lo único que le apetece es llegar a casa y dormir. (Me han llegado a comentar que hay embarazadas a las que la batería les dura unas 3 horas, y después de eso sólo piensan en dormir, dormir y dormir).

Independientemente de que mi amiga tenga seguro médico privado, y por tanto una segunda oportunidad de acudir a dichas clases, me ponía en la piel de todas esas contagiadas por la epidemia de barrigas gordas gordas y no entendía quién planifica los horarios de esas clases que parecen tan interesantes cuando te encuentras en ese estado.

A las once y media de la mañana tienes todas las posibilidades de estar trabajando (si estás dentro de los privilegiados con empleo), y tal y como están las cosas, poca gente creo que pueda permitirse el lujo de ausentarse de su puesto de trabajo durante X días la duración que tengan dichas clases (¿1 hora?) más el tiempo para ir y volver.

Y volviendo a lo de la época de la vida en la que todo el mundo se embaraza me he puesto a pensar en cuando nos toque. No es que esté en nuestros planes más próximos, pero algún día tendremos que hacer algo por la perpetuación de la especie... 

Y después de los "maravillosos" nueve meses y la baja por maternidad, ¿qué hacemos con la criatura? Porque servidora tiene horario (hoy por hoy, quien sabe cuando llegue el momento) de 09:00 a 19:00 y mi pareja de lecho cuenta con horario de 08:00 a 15:00 (también por el momento, vete tú a saber)... Supongo que habrá que buscar una buena guardería, pedir una reducción de jornada y rezar para que la concedan y no sea en horario partido porque entonces seguimos en las mismas...


Nosotros no somos partidarios de los abuelos guardería. Los niños son de quien los tiene. Los abuelos ya tuvieron los suyos propios (tú en este caso) y no tienes por qué cargarles con tus responsabilidades. Y por si tuviéramos alguna tentación, nada como la dura realidad: servidora tiene a sus progenitores a 700 km y mi pareja de lecho por desgracia se quedó sin los suyos hace tiempo, por lo que el día que nos toque estaremos "solos ante el peligro"...


Y es que se quejan de la baja natalidad y de que cada vez es más tarde la edad en la que se tiene el primer hijo, pero es que tal y como está montada la vida hoy día es complicado. Si te fijas, sólo han sido un par de detallitos sobre los que he divagado en estas líneas, y son dos de los cientos de cosas que se te vienen encima cuando traes un retoño a este mundo.

Me encantan los críos, pero da un poco de vértigo, no?

4 comentarios:

Mónica dijo...

A mi me da mucho vértigo por las circunstancias actuales y porque soy de las tuyas en cuanto a abuelos guardería..... pero es algo muy importante como para perdérselo, al menos una vez en la vida

Pablo Mir dijo...

Dile a tu amiga que fuerce la baja por riesgo de embarazo a los 5 o 6 meses de embarazo. El resto hasta el nacimiento de su bebé podrá ir cuantas veces quiera a la matrona.
Nosotros renunciamos a un sueldo, para que Naty cuidara de Pablito.
Vivimos más justos pero muy felices, te lo aseguro.

Unknown dijo...

Da mucho vértigo, y no todo es tan bonito, se pasa mal y dado el ritmo de vida que llevamos, cuando llegan los viernes, no andas, te arrastras. Pero, como tú misma me dijiste una vez "si la gente repite, por algo será". Hoy Hace un año que a estas horas estaba en el hospital esperando a la personita que mas quiero en el mundo. Por eso, miedito da, pero compensa con creces todo lo demás ;)

Antonianj dijo...

Yo estoy en circunstancias parecidas a las tuyas. También, he compartido la Semana Santa con unos amigos incluyendo a 4 niños de 6 años y 3 chicos de un año, mes arriba, mes abajo. Estaba ya hasta la coronilla del trajín de tanto pequeñajo que hacía pipí y caca. Pero, claro, después son tan monos. :-) Pero que sea el mono-tema me cansa. A veces, me sorprendo a mí misma sacando el tema, tanto repetirlo, al final, se pega