13 de septiembre de 2011

La gente da asco

Así en frío puede sonar muy duro, pero las cosas son como son y la gente por norma general da bastante asco. Da asco en tanto en cuanto van a su puta bola y se olvidan de que están rodeados de otras personas, que también tienen sus vidas y que no tienen por qué estar a merced de los caprichos de cada cual.

Todo esto viene a que van a conseguir que me salga una úlcera mañanera. Desde que ha comenzado el cole (y van sólo dos días, tengo fe en que la cosa mejore cuando la gente se habitúe de nuevo al ritmo escolar-laboral) el venir por las mañanas a trabajar en coche es una lucha continuada contra los antojos las necesidades individuales de cada cual.


El trayecto habitual, según Google Maps, debería llevarme unos doce minutos. Cuando he pillado los semáforos bien (esas casualidades de la vida en las que los pillas todos verdes) he llegado a tardar unos ocho o nueve minutos. Desde que ha comenzado los colegios me lleva veinticinco minutos hacer el mismo trayecto que antes podía llegar a hacer en un tercio del tiempo.

Analizando las causas la sangre se me empieza a revolucionar y poco menos que me salen espumarajos por la boca si no sapos y culebras. Básicamente las dos últimas mañanas la cosa ha sido tal que así:

Tenemos una de las vías principales de la ciudad, de cuatro carriles, en la que según los tramos uno de ellos es carril bus-taxi. Entiendo que siendo una de las vías principales tiene bastante tráfico. Lógico. Lo que no tiene sentido es que al final de dicha avenida, justo a la altura en la que se encuentra un centro de salud y una farmacia 24 horas, la vía pase de tener cuatro carriles a tener tres porque a la gente decide que como no hay aparcamiento (hablamos de cuatro carriles más la zona destinada a aparcamiento en batería) ellos van a dejar su coche y/o furgoneta en segunda fila, con el warning (los dos intermitentes a la vez) hasta que realicen sus gestiones, y al resto que nos den.

Eso ya supone el primer escollo que implica que un tráfico denso más o menos fluido de cuatro carriles se pase a tres y de nuevo a cuatro (nada mas pasar el centro de salud y la farmacia hay un semáforo y las bifurcaciones correspondientes porque termina la avenida propiamente dicha). Se forma un pitote de tres pares de narices.

Cuando consigo pasar ese primer escollo llegamos a una zona de un centro deportivo de reciente inauguración (que tenga un año o dos como mucho) con un público de lo más variopinto, pero cuyas instalaciones a las 9 de la mañana se llenan de esas madres de estresante vida que a las nueve menos cuarto de la mañana tras dejar a sus niños en los coles no tienen mayor preocupación que decidir si hoy van a clase de pilates o de yoga. Pues sus todo-terrenos y cochazos enormes ocupan otro fantástico carril de doble fila mientras ellas cotorrean, con sus mechas rubias al viento y sus perlas en los lóbulos de las orejas. Lo mejor de todo?! Tienen un espectacular aparcamiento privado para uso exclusivo de los usuarios del centro deportivo. Como diría mi hermana "alucino pepinillos", y mi mal humor mañanero continua in crescendo.

Terminamos esa calle y doblamos a la derecha para encontrarnos con un colegio en la acera de la izquierda. ¿Esto qué supone? Que hay una fila de coches parados y/o medio subidos en la acera que ocupa todo el carril izquierdo (aquí no hay zona de aparcamiento por lo que directamente se comen uno de los dos carriles de la vía). Al final de esta calle dos semáforos franquean la incorporación a la avenida que queda delante nuestra. Si el carril de la derecha es para los que van a tomar esa avenida hacia la derecha y el carril de la izquierda para los que vamos a tomarla hacia la izquierda ¿cuál es el resultado? que los que estamos en el carril de la izquierda hemos tenido que esperar tres ciclos de semáforo (verde - rojo - verde - rojo - verde- rojo - verde) para poder pasar porque los padres/madres tienen los huevos como el caballo de Espartero y no son capaces de dejar a sus retoños en el colegio de otra forma que no sea dejando el coche en la puta puerta.

Y con otros dos colegios más ocurre lo mismo hasta que consigo llegar a mi destino.

Luego les dices algo e indignados te dicen "es sólo un momentito", o sus famosos "no tardo nada"... Señores y señoras, no están solos en el mundo. Existen más personas a su alrededor y la suma de todos sus momentitos acaba acarreando el cabreo (más que justificado) de los que no tenemos por qué sufrir que usted haya decidido tener hijos y les toque ahora dejarlos en el colegio. Es desquiciante que estas personas den por hecho que los demás tenemos que soportar sus incorrecciones así porque sí. ¿Por qué he de soportar yo (y todos los que circulamos por la mañana por dichas zonas) sus momentitos? Esos momentitos se acaban traduciendo en atascos eternos y continuados día tras día. Es que... ¿dónde van a dejar el coche si no? "Es que son muy pocos comprensivos, como no son padres..." dicen otros. Perdone pero... ¿y la comprensión para conmigo y con los demás usuarios de la vía?

¿Sabían ustedes que la libertad de cada cual termina donde comienza la de los demás? ¿Se han planteado alguna vez que no están solos en el mundo? Existen más personas a su alrededor, y lo que ustedes hagan puede afectar a los demás. 

Mucho llevar a sus niños al cole, pero ustedes de educación y civismo andan más bien escasos.

3 comentarios:

Pablo Mir dijo...

tú no te enojes, Panchita: mañana saca la recortada y los pones a todos firmes en un "momentito" ;-)

Anónimo dijo...

Amén!

Anónimo dijo...

Con dos cojones claro que si! Y lo mejor lo de las madres, a yoga o a pilates o a tomar el cafe con los pedazos 4x4, Mercedes, BMW...adineraos que se creen mas que nadie y conducen y dejan el coche donde les sale de los webos y los demás a comerse los atascos