Y sigo insistiendo y confirmando que la cosa está muy mala…
Ofertas de trabajo
Día productivo en la oficina, de esos en los que por causas ajenas a ti no hay nada que puedas hacer porque todos tu temas están bloqueados a la espera de que aquellos a los que les corresponde hagan su parte…
Me dedico a pulular por el despacho ordenando cosas que vete tu a saber cuánto llevan ahí. Vacío unas cajas de cartón llenas de miles de historias que podrían ocupar la cuarta parte de espacio si estuvieran todas bien colocadas en una misma caja.
Vuelvo a sentarme delante del ordenador y reviso los feeds que han aparecido en Google Reader en este ratito.
Recorro de un vistazo la lista de actualizados en el menú de la izquierda y me detengo en el grupo de ofertas de trabajo.
Está claro que el mercado laboral nunca hay que dejar de bichearlo, que la posibilidad de mejora está siempre ahí. Cuando estás a gusto en tu trabajo con hacerlo una vez a la semana va bien, pero cuando las cosas no son del agrado de cada cual la búsqueda se convierte en una constante. No llega a la obsesión de cuando estás en la complicada situación de paro que sufren muchos hoy día, pero desde luego que sí que es destinataria de gran parte de tu atención, o por lo menos lo es de la mía.
Hasta hace cosa de un par de semanas, seguía los feeds de aquellas ofertas de trabajo que aparecieran en determinadas categorías más o menos ligadas a lo mío: marketing, comunicación, diseño…
Pero los resultados eran escasos, cuando no nulos.
Esto me ha llevado a tomar la determinación de ampliar el campo de seguimiento y establecerlo en todo aquello que salga en la provincia (en cualquier categoría) y en una colindante a aquella en la que resido.
Nunca se sabe si puede colarse una oferta interesante en una categoría incorrecta o si directamente algún iluminado de RRHH (todos conocemos a alguien así) decide que la categoría correcta es aquella que menos relación pueda tener con el puesto.
El caso es que de esta manera el número de ofertas aumenta, pero no es ni comparación lo que era hace apenas un año. De hecho, la proporción se podría mantener en que hoy por hoy aparecen en total en la provincia diariamente un número aproximado que equivaldría a aquellas que aparecían en cualquiera de las categorías individuales que visitaba hace cosa de un año.
Estoy harta de que día a día los medios no hagan más que recordarnos la situación de crisis que se vive, de ayudar a aumentar la sensación de desasosiego que se palpa en el ambiente en lugar de intentar paliarla y de dar noticias o pseudos-noticias que inducen a todo menos al optimismo.
Es muy de agradecer encontrarme entre ese grupo de privilegiados a los que la crisis a día de hoy aún no ha afectado de forma directa: no tenemos hipoteca, ni estamos en el paro, pero indirectamente está tocándome de lleno, ya que las posibilidades de mejora por medio de cambio de empleo se reducen a cero.
Y es que no me queda más remedio que volver a confirmarlo: la cosa está muy mal…
Ofertas de trabajo
Día productivo en la oficina, de esos en los que por causas ajenas a ti no hay nada que puedas hacer porque todos tu temas están bloqueados a la espera de que aquellos a los que les corresponde hagan su parte…
Me dedico a pulular por el despacho ordenando cosas que vete tu a saber cuánto llevan ahí. Vacío unas cajas de cartón llenas de miles de historias que podrían ocupar la cuarta parte de espacio si estuvieran todas bien colocadas en una misma caja.
Vuelvo a sentarme delante del ordenador y reviso los feeds que han aparecido en Google Reader en este ratito.
Recorro de un vistazo la lista de actualizados en el menú de la izquierda y me detengo en el grupo de ofertas de trabajo.
Está claro que el mercado laboral nunca hay que dejar de bichearlo, que la posibilidad de mejora está siempre ahí. Cuando estás a gusto en tu trabajo con hacerlo una vez a la semana va bien, pero cuando las cosas no son del agrado de cada cual la búsqueda se convierte en una constante. No llega a la obsesión de cuando estás en la complicada situación de paro que sufren muchos hoy día, pero desde luego que sí que es destinataria de gran parte de tu atención, o por lo menos lo es de la mía.
Hasta hace cosa de un par de semanas, seguía los feeds de aquellas ofertas de trabajo que aparecieran en determinadas categorías más o menos ligadas a lo mío: marketing, comunicación, diseño…
Pero los resultados eran escasos, cuando no nulos.
Esto me ha llevado a tomar la determinación de ampliar el campo de seguimiento y establecerlo en todo aquello que salga en la provincia (en cualquier categoría) y en una colindante a aquella en la que resido.
Nunca se sabe si puede colarse una oferta interesante en una categoría incorrecta o si directamente algún iluminado de RRHH (todos conocemos a alguien así) decide que la categoría correcta es aquella que menos relación pueda tener con el puesto.
El caso es que de esta manera el número de ofertas aumenta, pero no es ni comparación lo que era hace apenas un año. De hecho, la proporción se podría mantener en que hoy por hoy aparecen en total en la provincia diariamente un número aproximado que equivaldría a aquellas que aparecían en cualquiera de las categorías individuales que visitaba hace cosa de un año.
Estoy harta de que día a día los medios no hagan más que recordarnos la situación de crisis que se vive, de ayudar a aumentar la sensación de desasosiego que se palpa en el ambiente en lugar de intentar paliarla y de dar noticias o pseudos-noticias que inducen a todo menos al optimismo.
Es muy de agradecer encontrarme entre ese grupo de privilegiados a los que la crisis a día de hoy aún no ha afectado de forma directa: no tenemos hipoteca, ni estamos en el paro, pero indirectamente está tocándome de lleno, ya que las posibilidades de mejora por medio de cambio de empleo se reducen a cero.
Y es que no me queda más remedio que volver a confirmarlo: la cosa está muy mal…
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