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27 de marzo de 2012

Ruta tapera por Córdoba

Hace unas semanas las amigas de Tapas&Tweets () Sara (@sarappm) y Belén (@mbeleogar) me pidieron que les hiciera una ruta tapera por Córdoba.

Y claro, con lo que me gusta a mí lo del comer y beber, el problema vino para elegir los sitios que recomendar. El caso es que al final seleccioné cinco de los sitios que más me gustan para ir de tapas y de paso les hice una mini-ruta turística por parte de los sitios más emblemáticos de Córdoba. Para un paseíto en una única jornada, no está nada mal creo yo.

Me gustó tanto la ruta que les hice, que con su permiso voy a hacer copy&paste para uso y disfrute de todos los que por aquí paréis.

Y quien sabe, lo mismo éste es el inicio de una serie de Rutas Taperas por Córdoba... De momento, aquí os dejo la que les preparé a las amigas de Sevilla, espero que os guste!

A las buenas tardes, servidora de ustedes (que aunque no es cordobesa de nacimiento lo es de adopción y se siente tanto o incluso más que cualquiera que haya nacido aquí) se dispone a darles un paseíto turístico-gastronómico por este tesoro cultural y gastronómico que es Córdoba.

Zapato cómodo y cinturilla elástica, que el día lo va a merecer. Y antes de que se me olvide, para ir conociendo toda la historia presente y pasada de los sitios que vamos a recorrer, nada como llevar en vuestros smartphones la aplicación de Cordobapedia.

Comenzamos nuestro paseo en la Calahorra  y cruzamos por el Puente Romano para llegar al Arco del Triunfo, a.k.a. Puerta del Puente (que desde la reforma lo han dejado más que bonito). Giramos a la derecha bordeando la Mezquita y seguimos la fachada sur de la misma doblando hacia la izquierda cuando llegamos a la esquina sureste.

Recorremos toda la fachada este de la Mezquita por la calle Magistral González Francés y al llegar a la esquina nordeste de la Mezquita encontraremos una puerta para entrar al Patio de los Naranjos, así que no os quedéis mirando tímidamente desde fuera, que entrar y admirar el Patio de los Naranjos es gratis (otra cosa es querer entrar a la Mezquita). Después de quedar extasiadas con la belleza de este emblemático lugar salimos por la misma puerta que entramos y justo en frente hacemos nuestra primera parada. El Bar Santos. Pedimos tortilla y fino. Aquellos a los que no les guste demasiado el fino puede probar con un fitifiti (del inglés fifty fifty xDDD, mitad fino mitad vino dulce, generalmente PX) pero cuidaíto que entra que da gusto y se sube a la cabeza igual de fácil que se bebe. Si tampoco te gusta eso, pues nada, una cañita siempre está bien para acompañar la archiconocida tortilla del Santos.

Con las fuerzas repuestas callejeamos siguiendo esta ruta. Durante el paseo encontraremos un par de cosillas a destacar, aparte de la belleza de las callejas cordobesas: La plaza de Jerónimo Páez también conocida como la plaza del museo, donde se encuentra el Museo Arqueológico y Etnológico de Córdoba que bien merecen una visita (y donde también usan los códigos QR!). Y otra cosa que siempre llama mi atención cada vez que paso por delante es el paisaje vertical que se encuentra a mitad de la calle Ambrosio de Morales, mirando a vuestra derecha en las fachadas colindantes con el único solar que existe en la zona y que según reza en la placa que lo acompaña ha recibido algún premio que otro. 

Cuando llegamos al final de la ruta indicada, al principio de la calle Diario de Córdoba hemos llegado a nuestro segunda parada tapera: la Taberna Rafalete. Éste es el segundo local con el mismo nombre y se ha abierto recientemente; el original se encuentra en el barrio de Fátima. Aquí nos pedimos unos pinchitos morunos, con un par por cabeza vamos bien. Otro medio de fino (siempre D.O. Montilla Moriles, no lo olvidemos) y seguimos "p'lanate"! Adentrándonos un poco más en la cultura del vino cordobesa os cuento la diferencia entre medio y copa: Usando el catavinos (el que se usa aquí para los Montilla Moriles es algo más grande y "barrigón" que el típico catavinos jerezano que es más chico y recto) se dice que es "un medio" cuando se llena hasta el mismo borde del catavinos y le dicen copa cuando dejamos entre uno y dos dedos hasta el borde de la copa, que es lo que llaman la corona.

Seguimos nuestra ruta tapera y a escasos 200 metros tenemos nuestra tercera parada. Ésta es la ruta que debemos seguir. Y justo a nuestra derecha subiendo por la calle Claudio Marcelo encontramos los restos de un Templo Romano que lindan con el Ayuntamiento. Pasado el Templo Romano giramos a la derecha en la calle María Cristina y llegamos a la Taberna El Gallo. Taberna con solera y el mismo aspecto prácticamente que cuando se abriera en 1936. Pedimos gambas rebozás, salmorejo y un medio de Amargoso. Amargoso es el fino de la bodega propia de la taberna que lleva el mismo nombre: Bodegas El Gallo.

Volvemos a salir a la Calle Claudio Marcelo y le tiramos cuesta arriba (así bajamos un poquillo lo que llevamos comido y bebido) siguiendo este caminito. A mitad de los 350 metros que nos separan de nuestro siguiente destino nos encontramos de frente con la Plaza de las Tendillas. Como curiosidad contaros que aquí es donde se celebran las campanadas de fin de año, con el reloj de la plaza que en lugar de campanadas marca las horas a golpe de acorde de guitarra. La fuente en mitad de la plaza está flanqueada al este y al oeste por los chorros de agua que suben desde el suelo y que en verano sirven de refresco para los chiquillos (y no tan chiquillos). Continuamos nuestro camino y llegamos San Miguel donde está nuestra cuarta y penúltima parada tapera: Casa El Pisto (a.k.a. Taberna San Miguel) donde no podíamos pedir otra cosa que no sea un pisto coronado con un buen huevo frito. Para beber como siempre un medio de fino, pero si vemos que ya se nos ha subido a la cabeza, lo mismo es hora de pasarnos al agua jejeje. 

Y emprendemos camino hacia nuestra última parada tapera. 450 metros nos separan de nuestro destino y ésta es la ruta. Salimos de El Pisto y nos dirigimos a la recién peatonalizada calle José Cruz Conde (muy interesante cómo a través del pavimento se muestra parte de la Córdoba más antigua). Continuamos por la calle Góngora hasta llegar al Bulevar Gran Capitan y siguiendo la fachada del Gran Teatro por la calle Menéndez Pelayo llegamos a nuestra última parada tapera: Taberna La Verdad. Aquí nuestro medio de rigor, que tienen buen fino, acompañado de una tapa (pedir tapa) de boquerones en vinagre, que son de los mejorcitos de Córdoba y un flamenquín (que te lo traen ya cortado y eso siempre se agradece). 

Y aquí finaliza nuestra ruta tapera por hoy. Si os habéis quedado con hambre es que sois un saco sin fondo ninguno.